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SANACIÓN DEL NIÑO INTERIOR

Todos llevamos dentro un NIÑO QUE RECLAMA NUESTRA ATENCIÓN. Está claro que es una programación, que arrastramos desde nuestra mas tierna infancia. Probablemente te sientas identificado con algunos o con todos los conceptos de los que te voy a hablar.

¿En qué consiste el PROCESO de SANACIÓN DEL NIÑO INTERIOR?

La programación del niño interior es creada en la más tierna infancia del niño (desde los 0 meses a los 7 años de edad). Afecta a su personalidad y a la forma en la que se percibe uno a si mismo. A esa edad el niño es tremendamente vulnerable. Lo que más necesita en este mundo al que llega es el cuidado de sus padres o cuidadores. Necesita que lo amen, le protejan, que lo cuiden, mimen, limpien, alimenten. Sin el amor y la protección de sus padres, no llegaría muy lejos. Es totalmente inválido a esa edad. Es AMOR, necesita AMOR.

El amor es una de las mayores fuentes de dolor, y también de placer. Somos tan vulnerables a la crítica y al rechazo de nuestros progenitores que generamos todo tipo de emociones negativas a lo largo de nuestra vida. Llegamos a creer que somos indignos, que no merecemos que nos quieran, que tenemos algo mal en nosotros. Cuando somos criticados negativamente a tan tierna edad, buscamos tan desesperadamente hacer las cosas bien para agradar, que perdemos de vista nuestro propio valor personal. Lo anulamos completamente por supervivencia.

Estos son los principales PATRONES DE HÁBITOS NEGATIVOS.

MIEDO AL RECHAZO = Miedo a la pérdida, al desamparo.

MIEDO AL FRACASO= Miedo a la crítica y a la desaprobación.

Debido a los errores que cometen los padres, especialmente la crítica destructiva y el castigo físico, los niños comienzan a aprender patrones de hábitos negativos a temprana edad. Estos patrones de hábitos negativos luego se alojan en la mente subconsciente del niño y determinan su personalidad a lo largo de la vida.

En psicología hay dos patrones de hábitos negativos principales: el patrón de hábito negativo inhibidor y el patrón de hábito negativo compulsivo. Los llamamos miedo al fracaso y miedo al rechazo. Son los principales obstáculos para el éxito y la felicidad para ti o para cualquier persona.

El primero de ellos, el miedo al fracaso, el patrón de hábito inhibidor negativo, se aprende cuando se le grita o se castiga físicamente al niño por intentar o probar cosasnuevas. Debido a que los niños son naturalmente curiosos, quieren tocar, probar, sentir y experimentar todo en su pequeño mundo. Ellos son completamente valientes. Tomarán cuchillos afilados, se pararán en los bordes de los edificios y correrán hacia los coches.

Los padres deben pasar los primeros años de la vida de sus hijos evitando que se maten accidentalmente.

Los padres dicen cosas como: “¡Alto!, ¡No toques eso! o ¡Aléjate de ahí!”.

Peor aún, los padres a menudo castigan físicamente a los niños, dándoles nalgadas en un intento por disuadirlos de experimentar e intentar cosas nuevas.

MIEDO AL FRACASO “NO PUEDO HACERLO”

Esto pronto crea en el niño el miedo al fracaso, que se expresa en el pensamiento y sentimiento de “¡No puedo!”. Cuando el niño ha sido criticado destructivamente o castigado físicamente durante la primera infancia, este miedo al fracaso puede continuar en la vida adulta. Cada vez que el adulto se enfrenta a una nueva oportunidad para probar algo nuevo o diferente, la reacción automática, generalmente experimentada en el plexo solar, será: “¡No puedo!”.

Por el resto de la vida de la persona, el miedo al fracaso tendrá una gran influenciapara determinar lo que hace, a dónde va, los trabajos que elige, el círculo social en que se mueve, la forma en que cría a sus hijos y trata a su cónyuge, y casi cualquier otro factor de su vida. El miedo al fracaso se cierne sobre el adulto como una nube negra. Muchos adultos reaccionan ante la posibilidad de fallar exactamente como un niño que tiene miedo de recibir un tortazo por hacer algo mal.

EL MIEDO AL RECHAZO "TENGO QUE HACERLO"

El segundo bloqueo para cumplir con tu potencial es el miedo al rechazo o a la crítica. Este patrón de hábitos se aprende cuando el niño se convierte en la víctima del amor condicional.

En un intento por controlar y manipular a sus hijos, los padres a menudo condicionan

su amor al hecho de que los niños hagan exactamente lo que el padre desea, cuando lo desea, de la manera en que lo desea. El niño en crecimiento, que depende del amor de sus padres por su sensación de seguridad, pronto descubre que está a salvo sólo cuando hace lo que mamá y papá quieren. Comienza a pensar: “Si no hago lo que ellos quieren, o me amarán y no estaré a salvo”.

Dado que la necesidad de seguridad del niño es la necesidad abrumadora en los años

formativos de su vida, pronto comienza a ajustar su comportamiento a las demandas de sus padres. Esto se expresa en el pensamiento: “¡Tengo que hacerlo! Tengo que hacer lo que mamá y papá quieren. Tengo que hacer lo que les plazca. Tengo que hacer lo que ellos quieren que haga”.

A lo largo de nuestra vida tendremos dudas, preocupación, inseguridad, miedo a no estar a la altura de las expectativas de los demás, etc. Ya de adultos vivimos cargados con una mochila llena de emociones negativas que nos hacen vivir anclados en pensamientos y relaciones muy limitantes.

Tal y como indica la ley de la correspondencia, todo lo que creamos en nuestro interior, lo manifestamos en el mundo físico que nos rodea.

La clave para eliminar las emociones negativas pasa por: Eliminar la justificación, la racionalización, la repetición, el juicio y la critica y la identificación: ELIMINAR A LA VICTIMA QUE VIVE DENTRO DE NOSOTROS.

No se puede hacer ningún progreso mientras se insista en las emociones negativas. Hay que ver de dónde vienen. La mayoría son patrones de comportamiento que pueden eliminarse sabiendo su origen.

Ya hemos visto lo dañina que puede ser la crítica negativa. Hasta los 6 años, los niños no pueden diferenciar entre una crítica válida ó invalida. Tienen una necesidad de amor muy grande de sus padres. Y también de aprobación. (retiro de amor, o amor no expresado). Todo esto significa que lo que diga un padre, o una persona mayor que sea importante para un niño, es aceptada como cierta lo que es una representación válida de la realidad. Va mas allá de la mente consciente. Va directamente al subconsciente y ahí se queda.

Muchos de los adultos, con el paso de los años, estamos viviendo en base a esta información negativa que hemos recibido. A veces decimos que estas cosas son herencia familiar ó genética.

Otro factor muy importante a tener en cuenta es la falta de amor. Las personalidades de los niños se desarrollan en el grado que carecen de una alta calidad del amor que reciben de sus padres. El amor negado o la falta de amor es la causa clave de la infelicidad, la negatividad y la enfermedad mental en los adultos.

Para que un niño se sienta verdaderamente amado hay que tener en cuenta:

1. El niño debe de tener padres que se amen así mismos (solo se puede dar lo que uno tiene). A veces se tienen padres que a su vez fueron víctimas de sus padres.

2. El niño debe crecer en un ambiente en el que sus padres se amen. Llega a creer que la razón por la que mamá y papá se pelean, es por su culpa. Y si sus padres llegaran a separarse asume que es por su culpa. Hay que recalcar incansablemente a un niño que él no es la causa de que uno de los padres se vaya de casa. Además, es mejor que sea criado por un padre que lo ama, que por dos padres que no se aman.

3. Los padres deben amar al niño. Dedicarle tiempo, de calidad. Se consideran valiosos cuando las personas más importantes en su mundo pasan tiempo de calidad con ellos.

Cuando no es así, el niño piensa que tienen algo malo, muchos defectos, y que por eso los padres no pasan tiempo con ellos. No piensan con la razón, solo con las emociones.

Si algunos de estos factores no se han cumplido, es probable que hayamos crecido con una emoción de falta de merecimiento o de mérito.

¿DE DONDE VIENE LA CULPA?

Desarrollamos una emoción negativa de CULPA (pensamiento o actitud de no valgo suficiente, o de infringir ciertas reglas o valores).

Lo obtenemos cuando gente importante en nuestra vida nos critica constantemente y no nos da el valor que nos merecemos. Sentimos que no valemos mucho o que no valemos nada.

Esta es la principal fuente de enfermedad mental, de problemas en las relaciones, el profundo sentimiento de culpa y de falta de mérito.

Nos convertimos en personas cargadas de odio hacia a sí mismas, que se autocondenan. Una baja autoestima impide relaciones satisfactorias y felices.

A través de padres negativos e influencias externas negativas (sociales, religiosas, etc.), la culpa siempre ha sido una poderosa forma de manipulación. Se usa para el castigo. Además, es una de las formas más eficaces para doblegar la voluntad de los demás y conseguir que los demás actúen según los intereses de quien la utilice. Algunas organizaciones, o religiones la usan para tener más control emocional y manipular el comportamiento de las personas. Incluso aunque éstas sean de caridad, o benéficas, su fin es conseguir sus objetivos.

La culpa la tenemos casi todos en mayor o menor grado.

Durante parte de nuestra vida, nuestros padres pueden controlarnos con la culpa. Lo hacen porque sus padres la usaban en ellos.

La culpa es como un mal contagioso que se instala en la raíz del subconsciente, creando y activando el resto de las emociones negativas: Resentimiento, Frustración, duda, temor, envidia. Para eliminar la negatividad emocional hay que ir a la CULPA y ELIMINARLA.

El núcleo del enojo es la culpa. La capacidad de culpar a alguien por algo que ha hecho o dejado de hacer es el requisito esencial para el sentimiento y la expresión del enojo y las emociones negativas de todo tipo.

Una de las peores cosas del enojo es que cuanto más lo expresas, más te enojas. Cuanto más hables, justifiques y racionalices por qué tienes derecho a estar enojado, mayor será el enojo, como un incendio. Muchas personas han estado enojadas por tanto tiempo que llegan al punto en que el evento más pequeño desencadena una explosión de enojo y pasan la vida enojadas. Pronto llegan a creer que la sensación de enojo es una forma normal de pensar y sentir.

No es posible mantener una emoción negativa durante un periodo de tiempo a menos que puedas culpar a alguien o a algo por la situación por la que estás enojado. En el momento en que dejas de culpar, la emoción negativa se detiene por completo; es como apagar un Interruptor de luz.

Aquí es donde viene la solución poderosa: Aceptar la responsabilidad en lugar de culpar a los demás, o a uno mismo. Cuando aceptas la responsabilidad completa de la situación, por lo que sea que haya sucedido, las emociones negativas de culpa y enojo desaparecen.

Eres totalmente responsable de tus reacciones. Puede ser que no seas responsable por lo que sucedió, pero eres responsable por la manera en que te comportas después. Puedes elegir, de hecho siempre estamos eligiendo. Tus reacciones están totalmente bajo tu control. Es una cuestión de elección personal. Nada te hace enojar o ser infeliz. Tu te enojas y eres infeliz por la forma en que eliges reaccionar ante la experiencia.

Si te molestas por un trabajo o un negocio que sale mal tú eres responsable. Nadie te obligó a entrar en la situación a punta de pistola. Según tu conocimiento e información, o tu falta de conocimiento, te metiste en la situación en primer lugar. No funcionó como esperabas. La próxima vez serás más inteligente y sabio. Pero por el momento, eres responsable.

Además, la culpa es una emoción insidiosa y maligna que se usa casi exclusivamente para que la gente haga lo que quiere el inductor de culpa, al destruir su sentido de autoestima y disminuir su resistencia para ser controlado por otros.

Con Método Integra iremos eliminando paso a paso todas las memorias que son el origen y mantenimiento del comportamiento o emociones negativas.

Los dos primeros objetivos son eliminar el miedo al rechazo y el miedo al fracaso, ya que constituyen

A continuación, se eliminan las emociones negativas y el patrón emocional negativo, compuesto por emociones que se activan continuamente, y que con el tiempo configuran nuestra personalidad y comportamiento, interfiriendo constantemente en todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana y también en nuestras relaciones. El patrón emocional va acompañado casi siempre de un fuerte trauma y un bloqueo emocional. Por supuesto que puede haber detrás más memorias como emociones reprimidas, anclajes, etc. Podemos estar a lo largo de los años, vibrando en esa emoción no gestionada correctamente, si no es liberada y siempre que suceda alguna situación similar, la emoción se activará una y otra vez.

El cuarto protocolo es sencillamente poderoso: aceptar la responsabilidad que es aprender a gestionar nuestro estado emocional. En este punto nos volvemos poderosos, e invulnerables a las situaciones. Cuando aceptas la responsabilidad completa de la situación en lugar de culpar a los demás, o a uno mismo, empiezas a saborear la libertad, ya que podrás elegir como reaccionar ante cualquier situación, eligiendo la calma y la serenidad antes que la ira o el miedo.

Por último y para cerrar el proceso de la sanación del niño interior, el protocolo final: contactar con nuestra esencia. Nacemos con este derecho natural, este merecimiento absoluto, y nuestra meta es volver a ese punto de partida, para poder manifestar nuestra nueva vida, y ser imparables. Saber quienes somos y el poder que tenemos, es fundamental para manifestar una vida plena y feliz.

EL PROCESO DE SANACIÓN DEL NIÑO INTERIOR

Por lo tanto, y para terminar, los objetivos que vamos a trabajar con el Método Integra son los siguientes:

1.ELIMINAR EL MIEDO AL RECHAZO

2.ELIMINAR EL MIEDO AL FRACASO

3.-ELIMINAR MIS EMOCIONES NEGATIVAS Ó PATRÓN EMOCIONAL NEGATIVO

4.-ACEPTAR MI RESPONSABILIDAD EMOCIONAL

5.-CONECTAR CON MI ESENCIA

Tu subconsciente será el que decida cual trabajar, o qué añadimos a este proceso.